Y de tus ojos al mar

sólo hay vacío y silencio.

Del mar a mi soledad,

un océano de sueños.


Isaac dejó caer el bolígrafo sobre la mesa tras leer lo que había escrito. Una lágrima recorría su mejilla derecha. Aún no podía creer lo que había sucedido y se empeñaba, día tras día, en escribir cartas que sabía que no llegarían jamás a ser leídas. El rencor y la terquedad de Manuel no eran algo nuevo para él y estaba convencido de que aquellos mensajes que había enviado de todas las maneras posibles no habían sido abiertos ni leídos por su destinatario. Aun así se empeñaba en seguir intentándolo. Era como hablarle. Deseaba contarle cómo se sentía y seguía esperando una explicación a algo que no entendía.

Con el rostro húmedo de dolor, releyó ese primer poema que había escrito en todo aquel tiempo y se preguntó qué había querido decir él mismo con ese mar y ese océano. Cogió el folio donde lo había escrito y lo arrojó a la papelera. Ya iba siendo tiempo de cambiar las cosas.

Revolvió entre sus papeles y encontró uno de los poemas que Manuel le había dedicado. Él sí amaba la poesía y conseguía transmitir un sentimiento que había conquistado a Isaac desde casi el primer día. Lo leyó en voz baja.


Lo que tus ojos no dicen

lo expresan tus dulces manos,

lo que no cuenta tu boca

me lo susurra tu llanto;

esa paz que me provoca

el acercarme a tus labios.


Estaba escrito en una servilleta de papel. Isaac recordaba el momento en el que lo hizo. Fue en un instante, mientras él se levantaba a pagar en el bar. Al volver, Manuel, sonriente, le entregó el trozo de papel y él lo leyó con lágrimas contenidas. Volvió a mirar a Manuel, que seguía sonriendo e hizo un gesto interrogativo con los hombros.

-Son sólo unos versitos. –Dijo Manuel con una sonrisa pícara en sus ojos.

-No. Son mucho más que eso. –Isaac se sentía abrumado. –Casi me haces llorar.

-Anda, no me seas bobo, guapito. –Manuel tenía la costumbre de llamarlo así, guapito.

-Me tienes loco y lo sabes. –Musitó Isaac con la mirada seria.

-Y tú a mí, pero pon una sonrisita, hijo. Parece que te haya hecho una esquela en vez de una poesía.

Isaac sonrió. Desde que había conocido a Manuel, cuatro meses antes, su vida había cambiado por completo. Se veían casi todos los días y pasaban juntos la mayoría de las noches. Era la primera vez que amaba a alguien de ese modo y le resultaba imposible imaginar una vida sin él.


Ahora estaba solo.


Recogió todos los papeles desperdigados sobre la mesa, se vistió y salió a la calle. No podía soportar más la presión de verse allí encerrado dando vueltas siempre al mismo tema. Tenía que escapar, evadirse, encontrarle una solución a su callejón sin salida.

Con la mirada perdida caminó por las calles transitadas de gente que iba y venía y llegó a los cines. Estudió las películas que había en cartelera y se decidió por una de corte fantástico, de esas que prometen entretener sin hacer pensar apenas. Compró su ticket y entró en la antesala, a la espera de que comenzara su sesión en media hora.

Miraba distraídamente los carteles de los próximos estrenos cuando sintió una voz a sus espaldas. Se volvió rápidamente con el corazón acelerado.

Era Manuel. Su cara cambió a una especie de rictus entre la alegría y la desesperación. No sabía qué decir. Manuel lo miraba sonriendo tristemente.

-¿Cómo estás, Isaac? –Preguntó.

-Vaya. Ahora me lo preguntas. –Respondió casi de súbito Isaac.

-Ya sé que no he sido del todo correcto, pero era complicado, muy complicado.

La mirada de Manuel mostraba una sinceridad que ya conocía Isaac.

-No era tan difícil decir algo, contestar a todo lo que te he escrito. ¿Sabes lo que ha significado para mí todo este silencio? –Dijo Isaac con los ojos inundados en lágrimas. –Era como sentirme en una isla desierta, sin nadie a quien acudir, como si de repente te hubieras muerto, hubieras desaparecido y yo allí sin saber qué hacer, sólo escribir y escribir y todo para nada. No, no ha sido fácil tampoco. Lo sabes.

-¿Me dejas que te lo explique? –La voz de Manuel era una súplica.

-¿Estás solo?

-No, –la culpa se reflejaba en sus ojos. –pero sabe que he venido a hablar contigo.

-Entonces déjalo. Ya sé lo que tenía que saber. Supongo que es caso cerrado. Déjame por favor, Manuel. –Isaac lloraba abiertamente, sin importarle quién pudiera estar mirando, pero decidido a cortar todo aquello de una vez por todas.

-No fue por lo que parece, de verdad. –Añadió Manuel.

-¿Importa mucho lo que parezca?

-Creo que sí.

Isaac, dispuesto ya a marcharse lo miró con decisión a los ojos y habló.

-¿Y qué más da, Manuel? ¿Va a cambiar algo? ¿Crees que estás dispuesto a eso? ¿Acaso crees que lo estoy yo?

-No, no creo que cambie. –Manuel bajó la mirada. –Pero necesitaba contártelo.

-Ya tuviste tu tiempo y guardaste silencio. ¿Por qué vienes a joderme ahora? Me haces daño y lo sabes.

Isaac no podía contener las lágrimas por mucho que lo intentara. Justamente el día que había decidido romper con su pasado se lo encontraba de cara.

-Me sentía demasiado culpable, guapito…

-¡No! No sigas. No me hables así, por favor. –Gimió Isaac.

-No era fácil y tuve que tomar una decisión. En aquel momento pensé que era lo mejor. Un corte rápido y que me odiaras para que te fuera más fácil. –Trató de explicarse Manuel.

-Lo conseguiste, sí señor. Conseguiste mucho más que eso, pero ahora ¿qué más da? –Isaac se volvió dispuesto a marcharse sin quedarse a ver la película.

-¿Cómo puedo conseguir que me perdones? –Preguntó Manuel tomándole del brazo.

-Suéltame, por favor. –El calor de las manos le quemaba. Aún seguía emanando esa sensación de cercanía difícil de entender. –Dime, ¿para qué quieres el perdón? ¿Para expiar tu culpa?

-No lo sé, lo necesito…

Isaac, se volvió de nuevo lentamente y quitó con un movimiento lento la mano de Manuel de su hombro.

-¿Eso es lo que quieres? Pues si te sirve de algo, aquí lo tienes. Estás perdonado. ¿Deseas algo más? Si no es así, deja que me marche para siempre y quédate con tu conciencia tranquila. Es eso lo que quieres, ¿no?

Manuel se sentía profundamente confundido.

-No, no es eso, es que…

-Adiós, Manuel. Espero que seas muy feliz. Yo lo fui contigo, si es que te importa saberlo. –Se volvió y comenzó a caminar hacia la salida.

-Espera, por favor. –Casi gritó Manuel.

-Adiós, Manuel. –Susurró Isaac sin volverse otra vez y se perdió entre el tumulto de la gente.

Manuel se quedó quieto y con los brazos caídos. Su rostro reflejaba decepción y tristeza. Sólo una persona había estado observando atónito la escena desde el otro lado de la sala. No parecía lo que Manuel le había contado que iba a hacer. Comprendió de pronto la barrera que nunca había conseguido romper sobre su pasado reciente y salió del cine apresurado, decidido y triste. Cuando salió de su letargo, Manuel lo buscó con la mirada, pero no lo volvería a ver nunca más.


Al llegar a casa, Isaac, aún llorando, rescató el papel sobre el que había escrito el poema. Lo releyó y cogió un folio nuevo. En un minuto había cambiado el poema:


Y de tus ojos al mar,

sólo la culpa y el miedo.

En el mar, mi soledad,

en mi vida, un hombre nuevo.


Tomando aire y con fuerzas renovadas, sonrió por primera vez desde hacía mucho tiempo.

Nunca es tarde. –Pensó. -Ni siquiera para escribir poemas.

Una nueva sonrisa se dibujó en su boca.


NOTA: Anoche mientras colgaba esto con las prisas, pues era muy tarde, olvidé dejar aquí escrito el motivo por el que había terminado este relato y no era otro que agradecer a Thiago dos cosas: su hermoso detalle por darme la distinción de "Blog plateado de la semana" el día anterior, y que él me ayudó con la primera parte del cuento, que tuve que acabar yo porque ya no eran horas. Espero que te haya gustado el final. Gracias Iago. Gracias por todo.

8 Cuéntalo tú:

...............Perdona, voy a coger aire. El apunte del verso final me ha matado. Entre la imagen, y el zarpazo final de 'hay otro'......una de las mejores cosas que he leído en estos días.

Es precioso cari, pero te quedas un poco jodido.. que la sonrisa final no me desvela.

Me quedo con las ganas de saber que explicación podría dar Manuel si es que la había y me quedo triste pq todos parece que acaban sufriendo....

Claro dejas un final abierto, se ha cerrado la herida o es que Isaac sabe que Manuel va a volver? Van a reiniciar su relación? no creo que eso pueda dar resultado... asi que una vez más un triángulo y todos acaban pagando. El otro chico, el del cine, era bueno o solo estaba por Manuel por un polvo... me temo que va a ser el siguiente en sufrir.

Realmente me quedo con Isaac. Manuel me ha parecido un poco chulo y poseído de si mismo, eso de llamar "guapito" a alguien me parece lo peor,, jajaj O eres guapo o no lo eres per guapito.... Aunque luego parece que en un momento dado pierde su entereza. Por eso te dig que me gustaría saber sus motivos. Claro, los lectores somos unos pelmas, siempre exigimos del escritor lo que este no nos quiso dar, jajaja

En fin, cari, que lo has terminado de una manera magistral aunque desoladora. ya sabes que yo perdonaría un desliz, espero que eso no fuera la causa de la separación de dos corazones que se aman y ¡además hacen poesía! jajja

Eso si, que no se como dices que no podrías hacer poesía... jaja Pero que no podias hacer tu, si compones, cantas, escribes, tienes buen gusto para los chulazos y haces poemas... Creo que eres, cari, el hombre perfecto... que suerte el marido que te lleve. Y si ya cocinas bien, es para cagarse, jajaj

Bueno no me tenias que agradecer nada y menos de una manera tan bella con un testo tan genial. Tu solito lo ganaste por méritos propios... pero si sirve para que escribas mas, ganaremos todos y el premio será de nuevo como un poco mío de vuelta,jajaj

Bezos.

Muy hermoso y felicidades por el premio besitos y saluditos tk

Yo ya dije en Thiago's lo que opinaba sobre el premio, así que para no ponerme pesado no voy a repetir que me parece más que merecido, porque tus relatos son estupendos, tu forma de escribir impecable, tus historias saben bordear el tópico pero siempre girando hacia donde no se espera, y además eres un tío extraordinario, una joyita, vamos. No, no voy a repetirlo.

Eso por un lado.

Por "el otro lado" (je, je), el post de hoy me estaba dando un poco de miedo porque (vuelvo a lo que decía antes), bordea un poco el tópico, pero lo has resuelto de una manera diferente...y sencilla, que es muy importante, sin aspavientos, totalmente creible.

A Thiago le diría (puedo intervenir?) que no quiera saber más de lo que uno quiere contar. En el caso del "tercer chico", a mí me parece más que clara su postura y no creo que sea necesario saber si era un rollete o algo más serio, con una sola frase defines perfectamente la situación, incluido el futuro...

(sigo luego que en el curro es imposible)

(...decíamos ayer...)

Pues con eso del corte brusco en el comentario de antes, se me ha ido el santo al cielo y no sé si tenía que comentar algo más, así que me limitaré a repetir que me ha gustado mucho y tiene un final que es muy positivo pero a la vez realista, seguro que Isaac no se "renovará" por completo de la noche a la mañana y seguirá teniendo bajones, pero por fín se ha colocado en el camino y, como dicen en Wisconsin...."from here to up!!".

....

AY LECHE, QUE YA SE LO QUE IBA A DECIR (ups, perdón por el griterío). Supongo que será porque soy bipolar (cuatripolar, en realidad), pero siempre tiendo a ponerme en los diferentes papeles de una historia, y, como comentaba en "Sentía" de Thiago, lo mismo si se escarba, Manuel no es "el malo" puro y duro, quien sabe si Isaac no era un romántico extremo, egoista, caprichoso y tan intenso que resultara insoportable, y Manuel podría quererle mucho hasta que acabó saturado... Puede ser, o no, pero las historias siempre son tan distintas según los puntos de vista...

En fin, que PlasPlasPlas!!!

Besos desde 4 ángulos diferentes :-D

Me dejas totalmente intrigado... ¿sabremos algún día qué le quería contar Manuel a Isaac?

No nos puedes dejar así... tiene que haber segunda parte... o tercera... incluso una cuarta...

YoNoLoDiGo

MENDA: Me quedo un poco abrumado con las cosas que dices, pero no te voy a mentir... me gusta :-) Muchas gracias por ese apunte tuyo. Gracias de verdad.

THIAGO: Luego contestaré todas esas preguntas que haces, pero en realidad creo que he dejado claras todas las opciones. El otro chico (creo, porque desde el momento en que se crean los personajes, ya deben tener vida propia) se da cuenta de que en realidad Manuel seguía sintiendo por ese pasado del que no hablaba. Manuel se equivoca de nuevo y se queda solo e Isaac abre los ojos y se descubre como un hombre nuevo. En el poema ahoga su soledad en el mar y se encuentra. Para mí está claro, pero cada cual interpreta las cosas a su manera, como no. Y por cierto, y esto es algo más personal... si hay algo que hago bien es cocinar (en serio). Sé hacer desde los guisos tradicionales a los platos más refinados, jajaja. Un día te invitaré en Lanzarote y ya me podrás decir. Y yo de marido ya sabes que cero patatero. No tengo ni pretendientes... una lástima... no saben lo que se pierden, jajaja. Bezos.

GULEM: Muchas gracias a ti en realidad. Nadie había caído en lo del premio, pero es la razón por la que se terminó de escribir este cuento, ¿verdad Thiago? Un beso muy grande.

THEODORE: Hijo, dices unas cosas que me dejas así como un poco cortao... Yo con esta historia temía mucho tocar un tópico, pero era lo que tenía en mente en ese momento y no pude evitarlo. Eso sí, ahora resulta que soy una joyita, que canto, que compongo, que tal y que cual, pero aquí no hay nadie que se me acerque. Algo falla, ¿no? Jajaja. Bueno, que creo que tienes razón en tu intervención, al menos desde mi punto de vista. Uno tiene casi todos los detalles y con ellos se hace su propia composición de lugar. En realidad la vida misma es así. Nunca lo sabemos todo de los demás, pero podemos imaginarnos sus vidas con tres o cuatro detalles. En fin, que muchas gracias por tus bonitos comentarios. Un beso.

YONOLODIGO: En realidad no sé lo que le quería decir Manuel a Isaac porque Isaac no lo quiso saber, así que no tuve que inventarlo y no puedo seguirlo, jajaja. Este cuento no tiene continuación porque sería aburrido y no aportaría nada nuevo. Tengo muy claro, bajo mi punto de vista, que ellos dos no vuelven más. Quizás le quisiera hablar de su sentimiento de culpa, de cómo lo dejó de aquella manera, de... no sé... nos lo podemos imaginar, ¿no? Muchas gracias por tu comentario y un beso enorme.

Gracias a todos. Besos por doquier.
Ed.

Me he quedado así como alucinando, uf, me pillo desde el primer momento y me lo lei de carrerilla. Que bueno, de verdad.

Parece que enfrentarse cara a cara a los miedos, nos hace mucho más bien que esconderse. Isaac hizo eso mismo al encontrarse con Manuel, y eso que no lo había planeado, pero en vez de hundirse ante la presencia de quien le había echo tanto daño, decidió levantar el vuelo y dejar atras el pasado.

El porque Manuel lo dejo y se fue con otro, lo dejas muy abierto. Vete tu a saber lo que le paso por la cabeza al hombre.

Un besos cielo

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